Jorge Oteiza

Jorge Oteiza (Orio, 1908 – San Sebastián, 2003), es uno de los artistas vascos fundamentales del arte español del siglo XX, así como uno de los más influyentes.

Los ecos de la obra «oteiciana» en sus diferentes vertientes (plástica o teórica) son perceptibles, a partir de los años cincuenta hasta nuestros días, en disciplinas como la escultura, la pintura, la arquitectura, la poesía, la estética, el cine, la antropología, la educación o la política.

De formación autodidacta, Oteiza comenzó realizando esculturas dentro de la órbita del expresionismo o del primitivismo que iniciado por Gaugin, Picasso o Derain, se desarrolla a través de Brancusi, Epstein y otros. Tras una larga estancia en Sudamérica, el escultor va desarrollando teórica y prácticamente los fundamentos de su estética, y el escultor «natural» que llevaba dentro, va dando los pasos necesarios para convertirse en el artista que de algún modo está en control de sus mecanismos y herramientas. Esta aventura intelectual quedará plasmada en textos como la Carta a los Artistas de América (1944) o La interpretación estética de la estatuaria megalítica americana (1952).

Cuando, a comienzos de los años cincuenta, se encontraba inmerso en una investigación abstracta, Oteiza asume el encargo de la realización de la estatuaria de la Basílica nueva de Arantzazu. Este proyecto supuso para Oteiza la oportunidad de relacionar esa noción de una nueva espiritualidad de raíz estética emanada del arte moderno, con un sentimiento religioso popular, y para ello renunció a un tipo de expresión estrictamente abstracta por otra, que aún incorporando los hallazgos espaciales de la trans-estatua, fuera capaz de conectar con un colectivo para el cual la referencia figurativa era imprescindible. A pesar de esto, los trabajos de Oteiza iniciados en 1952, fueron prohibidos por la iglesia en 1954, no pudiéndose concluir hasta 1969.

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